Por primera vez, la NASA ha empezado a utilizar un avión no tripulado y equipado con instrumentos científicos para observar la atmósfera de la Tierra con más detalle. La agencia se ha asociado con Northrop Grumman para equipar tres aviones, llamados Global Hawks y que fueron entregados a la NASA por las fuerzas aéreas estadounidenses. A diferencia de los aviones tripulados equipados con instrumentos de observación de la Tierra, los Global Hawks pueden volar hasta 30 horas y recorrer distancias más largas y a elevadas altitudes; también pueden reunir datos más precisos que los satélites y se pueden emplazar para vigilar una zona durante largos períodos de tiempo.
"Hay ciertos tipos de datos atmosféricos y de ciencias de la tierra que nos estamos perdiendo, a pesar de tener cosas como satélites, aeronaves tripuladas y redes basadas en superficie", señala Robbie Hood, directora del programa de sistemas aéreos no tripulados de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA). NOAA ha llegado a un acuerdo con la NASA para ayudarles a construir los instrumentos científicos y orientarlos en las misiones científicas de los Global Hawks. Hood evaluará las aeronaves para determinar cómo se podría mejorar su uso. Por ejemplo, según ella, podrían sobrevolar un huracán para monitorizar sus cambios de intensidad o sobrevolar el Ártico para hacer un seguimiento más detallado de los cambios en el hielo marino.
"Hay ciertos tipos de datos atmosféricos y de ciencias de la tierra que nos estamos perdiendo, a pesar de tener cosas como satélites, aeronaves tripuladas y redes basadas en superficie", señala Robbie Hood, directora del programa de sistemas aéreos no tripulados de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA). NOAA ha llegado a un acuerdo con la NASA para ayudarles a construir los instrumentos científicos y orientarlos en las misiones científicas de los Global Hawks. Hood evaluará las aeronaves para determinar cómo se podría mejorar su uso. Por ejemplo, según ella, podrían sobrevolar un huracán para monitorizar sus cambios de intensidad o sobrevolar el Ártico para hacer un seguimiento más detallado de los cambios en el hielo marino.
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